No es esta una novela que pueda abordarse a la ligera, requiere un lector entrenado y sin prisas, dispuesto a embarcarse en una lectura de descubrimientos, solo así recibirá la merecida recompensa. Moby Dick es uno de los grandes clásicos de la literatura de aventuras. La historia del capitán Acab, lisiado desde el encuentro con una misteriosa y diabólica ballena blanca y obsesionado con la venganza, es la obra capital de Herman Melville y ha conocido diversas adaptaciones al cine y al cómic. Las minuciosas descripciones -que revelan un profundo conocimiento del oficio de marino mercante y de la condición humana- constituyen uno de los aspectos más interesantes de esta novela de aliento épico, auténtica epopeya de la soberbia pero también de la rebeldía del ser humano frente a un destino cruel. Imprescindible.
No es esta una novela que pueda abordarse a la ligera, requiere un lector entrenado y sin prisas, dispuesto a embarcarse en una lectura de descubrimientos, solo así recibirá la merecida recompensa. Moby Dick es uno de los grandes clásicos de la literatura de aventuras. La historia del capitán Acab, lisiado desde el encuentro con una misteriosa y diabólica ballena blanca y obsesionado con la venganza, es la obra capital de Herman Melville y ha conocido diversas adaptaciones al cine y al cómic. Las minuciosas descripciones -que revelan un... Seguir leyendo
Moby Dick
1. EL VIAJE
Llamadme Ismael.
Hace algunos años, teniendo poco o nada que hacer en la tierra y con los bolsillos medio vacíos, pensé en embarcar con el fin de descubrir los mares y océanos del mundo. Y fue una buena idea porque desde entonces esta es la mejor manera que tengo de librarme de la tristeza y del desasosiego que me provoca la vida en tierra firme. Sin embargo, no creáis que en estos viajes embarco como pasajero. Para viajar como pasajaro en un barco es necesario un buen dinero, y yo no lo tengo. Como es lógico, tampoco lo hago como comodora, capitán o cocinero, pues nunca ha sido mi intención alcanzar la gloria y la importancia que acompañan a esta clase de cargos.
Nada de eso. Cuando embarco, siempre lo hago como un humilde marinero, de esos que igual pueden verse en el castillo de proa como en lo alto de los mástiles.