Difícil imaginar la infancia de un niño occidental en la que la escucha, primero, y la lectura, después, de los cuentos salidos de la  pluma del danés Hans Christian Andersen no formen parte de su cotidianidad. Autor de apabullante éxito, la gran difusión de que gozó gracias a las tempranas traducciones de su obra (desde el primer volumen recopilatorio, publicado en 1835) le convirtió en un personaje célebre, capaz de alterar el curso de una biografía marcada por la pobreza y las calamidades familiares, para convertirla en la de una rutilante estrella literaria. La huella de dicha peripecia vital se observa con nitidez en sus conmovedoras narraciones, el género en el que vio posible dar cuenta de la rica y amarga experiencia que había atesorado. El carácter eminentemente literario de estos textos, los distancia de los recogidos por contemporáneos de Andersen, quienes -interesados en el folclore de sus respectivas naciones- compilaron la narrativa de tradición oral propia de cada zona. Merece la pena detenerse en unas emocionantes historias para las que el célebre dibujante británico Arthur Rackham creó bellísimas ilustraciones (1932), como comprobarán quienes se adentren en la presente publicación conmemorativa de la edición original española de 1925. Clásico imperecedero.

Difícil imaginar la infancia de un niño occidental en la que la escucha, primero, y la lectura, después, de los cuentos salidos de la  pluma del danés Hans Christian Andersen no formen parte de su cotidianidad. Autor de apabullante éxito, la gran difusión de que gozó gracias a las tempranas traducciones de su obra (desde el primer volumen recopilatorio, publicado en 1835) le convirtió en un personaje célebre, capaz de alterar el curso de una biografía marcada por la pobreza y las calamidades familiares, para... Seguir leyendo