Cuando el sol se despereza y el gallo canta, los animales de la granja realizan su particular recuento ante el temor de nuevas desapariciones, como la del pobre Flipi en Navidad. La parodia de cada uno es hilada con los tópicos y el buen humor bajo un misterio que sirve como nexo argumental: la ausencia de la cabra. El texto, ideal para la narración oral con un aliño de onomatopeyas, es sencillo y divertido. Está reforzado con una personal propuesta gráfica, a base de ilustraciones esquemáticas a gran escala en lápiz y guache, que junto a las variaciones en la tipografía conforman un atractivo juego para el pequeño e invita a la lectura conjunta.
Cuando el sol se despereza y el gallo canta, los animales de la granja realizan su particular recuento ante el temor de nuevas desapariciones, como la del pobre Flipi en Navidad. La parodia de cada uno es hilada con los tópicos y el buen humor bajo un misterio que sirve como nexo argumental: la ausencia de la cabra. El texto, ideal para la narración oral con un aliño de onomatopeyas, es sencillo y divertido. Está reforzado con una personal propuesta gráfica, a base de ilustraciones esquemáticas a gran escala en lápiz y guache, que junto a... Seguir leyendo
La cabra que no estaba
Amanece. Estaba oscuro todavía. La noche aún tenía la luna pálida y un montón de estrellas desperdigadas por el cielo, pero ya empezaba a recoger tanta oscuridad para dejar sitio al sol.
El sol asomó sus primeros rayos, despacio, con pereza todavía.
- Oaaaoaoaaaoaoaoaoaooaoaaaaaaah -bostezó.
Al oírlo, el gallo despertó y cantó:
- Kiiiii, kikirikiiiiiii
Cinco gallinas dormían encima de un palo, todas en fila, hasta que el cacarear del gallo despertó a la primera que dijo:
- ¡Coo!
Y, al oírla, la gallina de al lado dijo:
- ¿Coo qué?