Cuento sobre la identidad, la amistad y la aceptación de las diferencias. Una niña llamada Pez desde que un pargo rojo se pega a su roja cabellera, deja de ir a la escuela por el matoneo de un niño nuevo de su curso y empieza a pasar sus días en el ancianato en el que se encuentra su tía abuela Amalia. Pez se cuestiona sobre sí misma y su madre que parece estar deprimida y desorientada. Gracias a la compañía de Amalia y otros dos hombres que habitan el ancianato, empieza a descifrar el valor de la diferencia y de lo que la hace única, más allá de las apariencias físicas como sus pecas y sus rodillas. El libro cobra sentido en las metáforas sobre la identidad y el mar. Las ilustraciones llenan de color y de una emotividad alegre y vital al libro. Fue primer finalista del Concurso de Literatura Infantil El Barco de Vapor – Biblioteca Luis Ángel Arango 2011.
Cuento sobre la identidad, la amistad y la aceptación de las diferencias. Una niña llamada Pez desde que un pargo rojo se pega a su roja cabellera, deja de ir a la escuela por el matoneo de un niño nuevo de su curso y empieza a pasar sus días en el ancianato en el que se encuentra su tía abuela Amalia. Pez se cuestiona sobre sí misma y su madre que parece estar deprimida y desorientada. Gracias a la compañía de Amalia y otros dos hombres que habitan el ancianato, empieza a descifrar el valor de la diferencia y de lo que la hace... Seguir leyendo
Pez quiere ir al mar
Su nombre es Pez, o así le dice todo el mundo, tiene en la cabeza un pargo que ya parece moribundo. Un pargo es un animal que vive en el agua y no en la cabeza de las niñas pelirrojas, pero este es un pargo diferente, él vive en la cabeza de Pez, y lo ha hecho desde que ella tiene memoria. Mamá, que no tiene buena memoria, no sabe en qué momento Pez empezó a ser Pez, ni cómo le decían antes de que ese enorme animal rosado le mordiera la cabeza