Un cuento se abre dentro de otro cuento para enseñarnos un faro y la niña que vive en él. Como en una obra de teatro, el telón se abre cuando es de día y la protagonista vive feliz en su mundo. Cuando llega la noche, y se enciende el faro, el telón se cierra, dejando a la niña en la cama, a solas con sus miedos. El terror a lo desconocido se repite día tras día, y se acentúa cuando por una distracción la noche le sorprende en alta mar. El pánico le impide ver y se siente más sola que nunca, pero algo sucede en su interior. Un relato metafórico en el que se reflexiona sobre los miedos de los niños y la manera de hacerles frente para poder disfrutar de cosas que pueden pasar desapercibidas.
Un cuento se abre dentro de otro cuento para enseñarnos un faro y la niña que vive en él. Como en una obra de teatro, el telón se abre cuando es de día y la protagonista vive feliz en su mundo. Cuando llega la noche, y se enciende el faro, el telón se cierra, dejando a la niña en la cama, a solas con sus miedos. El terror a lo desconocido se repite día tras día, y se acentúa cuando por una distracción la noche le sorprende en alta mar. El pánico le impide ver y se siente... Seguir leyendo
La farera

Érase una vez... Así empiezan todos los cuentos que me contó mi madre, que le contó mi abuela, que le contó mi bisabuela, que le contó mi tatarabuela... Y así hasta la primera madre que le contó un cuento a su hija.
Pues bien, érase una vez una niña que vivía en un faro, al borde de un acantilado. Rocoso por un lado, prado verde y lleno de amapolas y collejas por el otro.