De un tiempo a esta parte, tener una mascota en la familia es un hecho habitual. Los niños disfrutan especialmente con esa convivencia y complicidad que surge con, por ejemplo, los perros, y la experiencia les aporta beneficios a la hora de desarrollar una mayor autonomía personal o canalizar la expresión de sentimientos. Pero, tal y como dice el protagonista, es una responsabilidad que exige muchos esfuerzos, algo que debería recalcarse en este tiempo de censos de canes en continuo crecimiento en todos los pueblos y ciudades. A medida que avanza el relato de David Hernández, a quien recordamos especialmente por esa traza poética que poseen todas sus creaciones -reconocida con importantes galardones como el Nacional de Poesía Miguel Hernández o los premios Hiperión, Jaén y Lazarillo de Creación Literaria-; el lector va tomando conciencia del juego y del giro que toma la trama, ya que las impresiones del narrador no corresponden al personaje humano... Las ilustraciones expresionistas, en la línea de las que la artista colombiana plasmó en otro título anterior, Nina y Antón, (con Antonio Ventura, Kalandraka, 2018); capturan con realismo la magia que surge en el día a día entre el animal y el pequeño, construidos con una paleta reducida de colores que sirven como vehículo para lograr máxima expresividad.
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De un tiempo a esta parte, tener una mascota en la familia es un hecho habitual. Los niños disfrutan especialmente con esa convivencia y complicidad que surge con, por ejemplo, los perros, y la experiencia les aporta beneficios a la hora de desarrollar una mayor autonomía personal o canalizar la expresión de sentimientos. Pero, tal y como dice el protagonista, es una responsabilidad que exige muchos esfuerzos, algo que debería recalcarse en este tiempo de censos de canes en continuo crecimiento en todos los pueblos y ciudades. A... Seguir leyendo
Mi mascota y yo

Me llamo Coco
y siempre he tenido una mascota.
Cuando era pequeño,
mamá tenía una mascota en casa
y ahora yo me he quedado con su hijo.
Me encantan las mascotas,
pero no es fácil atenderlas.
Mi mascota y yo nos cuidamos mucho
él rellena mi cuenco del agua
y yo procuro que no le haga daño
comer demasiado.