Hay obras pictóricas que ejercen un poder hipnótico en el espectador. Cuadros que atrapan a cualquier lector que se sitúe frente a ellos en la sala de un museo. El Bosco, genio enigmático y eternamente actual, posee un sugerente catálogo de obras en las que sumergirnos. Ese escenario de personajes fantásticos, entramado onírico que se presta a todo tipo de reinterpretaciones, es el lugar al que viaja un alter ego infantil y contemporáneo del propio autor, otorgando todo el protagonismo a las espectaculares imágenes con una narración gráfica sin palabras en donde se pueden distinguir, desde las guardas hasta la última página, fragmentos del Jardín de las Delicias, los trípticos del Juicio Final, Los Ermitaños y Las Tentaciones de San Antonio; San Juan en Patmos, La Adoración de los Magos, La nave de los locos o El carro de heno.
La propuesta, concebida para cualquier edad, conmemora el quinto aniversario de la muerte de un artista irrepetible y se suma al ciclo de actividades sobre su legado en la que participa, de forma destacada, el Museo del Prado en Madrid (España)
Hay obras pictóricas que ejercen un poder hipnótico en el espectador. Cuadros que atrapan a cualquier lector que se sitúe frente a ellos en la sala de un museo. El Bosco, genio enigmático y eternamente actual, posee un sugerente catálogo de obras en las que sumergirnos. Ese escenario de personajes fantásticos, entramado onírico que se presta a todo tipo de reinterpretaciones, es el lugar al que viaja un alter ego infantil y contemporáneo del propio autor, otorgando todo el protagonismo a las espectaculares imágenes con una... Seguir leyendo