El efecto Faraday
BAJO LAS VÍAS
Entre humo, chorros de vapor y traicicioneras motas de carbonilla, el Sud-expreso París-Lisboa esperaba vía libre en la estación de Irún.
Los viajeros habían cumplido ya con los trámites aduaneros que requería su entrada en España, y el jefe de estación, con paso cansino, avanzaba por el andén principal camino de la cabeza del tren. Al llegar a la altura del primer furgón, alzó el farol de señales con la luz verde en dirección al maquinista. Segundos después, con un múltiple crujido de enganches, el Sud-expreso reanudó su marcha.