Con el paso del tiempo, todos los objetos que componen el universo del bebé quedan varados en el recuerdo, inertes entre alfombras, bajo los muebles, olvidados por aquellos con los que pasaron tanto tiempo durante los primeros meses de estancia en este mundo. Botoncito y Ojalito, por ejemplo, fueron compañeros inseparables hasta que se rompió el hilo. Pero la nueva situación no debe ser motivo de tristeza, en el nuevo hábitat de nuestro protagonista ha encontrado amigos que también fueron importantes. Todos ellos deben ser felices, sin su ayuda Ana nunca habría podido dejar de ser una niña. A través de los juguetes y detalles que pueblan la habitación y la vestimenta de cualquier recién nacido, las autoras nos deleitan con una emotiva historia, bajo cuya calima esconde el dulce homenaje a todo aquello que un día nos hizo feliz.
Con el paso del tiempo, todos los objetos que componen el universo del bebé quedan varados en el recuerdo, inertes entre alfombras, bajo los muebles, olvidados por aquellos con los que pasaron tanto tiempo durante los primeros meses de estancia en este mundo. Botoncito y Ojalito, por ejemplo, fueron compañeros inseparables hasta que se rompió el hilo. Pero la nueva situación no debe ser motivo de tristeza, en el nuevo hábitat de nuestro protagonista ha encontrado amigos que también fueron importantes. Todos ellos... Seguir leyendo
Botoncito
Botoncito era un botón de cara redonda que estaba
cosido en el cuello de la blusa de Ana. La blusa especial
que solo se ponia en ocasiones especiales.
El mejor amigo de Botoncito
era, sin duda, Ojalito.
Ojalito era delgado y un poco
tímido, pero era sobre
todo un amigo en quien
siempre se podía confiar.