La imaginación de Alex y Max, dos buenos amigos, se dispara ante la idea de encontrar un tesoro, al parecer oculto cerca del estanque. Cegados por el afán de aventura, acaban implicando en el juego a sus dos compañeras de clase, Eva y Sara, con intención -básicamente- de hacerlas enfadar. El padre de Alex se ve obligado a intervenir como árbitro para poner paz en el conflicto. El valor de la amistad, la imaginación, el buen humor y el papel equilibrado que desempeñan los adultos sustentan esta historia gratificante y divertida. Las ilustraciones siguen el patrón clásico que marca toda la obra de Schulmeyer, a quien debemos –entre otras- la apariencia de personajes icónicos de la literatura infantil alemana como Vampirillo o Coolman.
La imaginación de Alex y Max, dos buenos amigos, se dispara ante la idea de encontrar un tesoro, al parecer oculto cerca del estanque. Cegados por el afán de aventura, acaban implicando en el juego a sus dos compañeras de clase, Eva y Sara, con intención -básicamente- de hacerlas enfadar. El padre de Alex se ve obligado a intervenir como árbitro para poner paz en el conflicto. El valor de la amistad, la imaginación, el buen humor y el papel equilibrado que desempeñan los adultos sustentan esta historia gratificante y divertida. Las... Seguir leyendo
Mi mejor amigo y el tesoro
Estoy mirando la tele y en la peli encuentran un tesoro.
¡Qué guay!
¿Habrá tesoros de verdad?
–Oye, papá.
Papá deja de leer el periódico y me mira.
–¿Sí, Alex?
–¿De verdad hay tesoros?
–Claro que los hay –dice papá.
–¿Cuáles? –sigo preguntando.
–Tesoros de piratas, por ejemplo. O los tesoros de los indios.