La oficina de objetos perdidos del pueblo en el que reside el señor Perro genera un trabajo considerable. Los animales de la comarca parecen estar un poco despistados, porque todo tipo de cosas se acumulan sin cesar y sus dueños acuden en tropel, siempre con la esperanza de recuperar lo que extraviaron. Algunos están irreconocibles desde que desaparecieron sus principales señas de identidad. La babosa es, en realidad, un caracol que perdió su casa, el gato un león que olvidó su bufanda de pelo… La sucesión de problemas, escenificados con amables imágenes diseñadas con sencillez y limpieza de trazo, constituye un divertido catálogo de transformaciones que esconde una gran sorpresa final. Nada es lo que parece en esta cándida historia, un juego con el que podemos implicar a los más pequeños de la casa.
La oficina de objetos perdidos del pueblo en el que reside el señor Perro genera un trabajo considerable. Los animales de la comarca parecen estar un poco despistados, porque todo tipo de cosas se acumulan sin cesar y sus dueños acuden en tropel, siempre con la esperanza de recuperar lo que extraviaron. Algunos están irreconocibles desde que desaparecieron sus principales señas de identidad. La babosa es, en realidad, un caracol que perdió su casa, el gato un león que olvidó su bufanda de pelo… La sucesión de problemas,... Seguir leyendo
La oficina de objetos perdidos
El señor Perro trabaja en la oficina
de objetos perdidos de su pueblo.
Todas las mañanas, recoge los objetos
perdidos en el camino, en el parque,
en la orilla del río o en el bosque.