Nada parece presagiar lo que se avecina cuando Giuseppe camina confiado hacia la famosa clínica especializada. Tras acomodarse en la última planta del sanatorio los médicos y enfermeras diagnostican una dolencia leve que no precisa el traslado a otra planta. Un hecho que parece calmar al protagonista, una vez acaba de saber cómo es la inquietante distribución de las diferentes secciones del hospital. Sin embargo, poco a poco, el lector va sintiendo la asfixia y el desconcierto que se apoderan del joven. Como en aquel mágico relato de Cortázar, "Casa tomada", o en algunas de las narraciones de Kafka, la pluma de Buzzati consigue provocar escalofríos desde un escenario teñido de aparente normalidad. Berrio aporta una docena de estampas realizadas en lápiz y retocadas digitalmente en tonalidades azules, fieles a su estilo nítido y depurado, que confiere mayor elegancia a este relato del inolvidable escritor italiano, recuperado con acierto por Nórdica.
Nada parece presagiar lo que se avecina cuando Giuseppe camina confiado hacia la famosa clínica especializada. Tras acomodarse en la última planta del sanatorio los médicos y enfermeras diagnostican una dolencia leve que no precisa el traslado a otra planta. Un hecho que parece calmar al protagonista, una vez acaba de saber cómo es la inquietante distribución de las diferentes secciones del hospital. Sin embargo, poco a poco, el lector va sintiendo la asfixia y el desconcierto que se apoderan del joven. Como en aquel mágico relato de... Seguir leyendo
Siete plantas
Tras un día de viaje en tren, Giuseppe Corte llegó, una mañana de marzo, a la ciudad en la que se encontraba la famosa clínica. Tenía algo de fiebre, pero aun así quiso ir caminando desde la estación al hospital, llevando consigo su maletín.
A pesar de que la suya era una manifestación ligera y muy incipiente, a Giuseppe Corte le habían aconsejado recurrir al célebre sanatorio, en el que se trataba exclusivamente aquella dolencia.