¿Imaginas despertar una mañana cualquiera y encontrar una cebra descansando entre tu ropa y los juguetes? Esto es exactamente lo que le pasa a Hanna. La niña está emocionada, sobre todo a medida que descubre las verdaderas costumbres de estos animales, muy diferentes a las que le han enseñado en la escuela. Ambos personajes conectan y encajan a la perfección, la soledad de la protagonista se ha poblado de repente y Braümunge, un tanto desorientada, empatiza con las vivencias de la jovencita, aprendiendo rápidamente costumbres saludables como lavarse los dientes o acudir a clase. Incluso ya ha sido presentada formalmente a sus papás pero, ¿encajará en la rutina escolar? ¿Será aceptada en la pandilla de amigos? ¿Conseguirá disfrutar de la misma consideración y libertad que el resto de los humanos? Una divertida fábula, ilustrada con delicadeza, que lanza un eficaz mensaje contra los tópicos, prejuicios y la doble moral que, a veces, encontramos en ciertos comportamientos sociales.
¿Imaginas despertar una mañana cualquiera y encontrar una cebra descansando entre tu ropa y los juguetes? Esto es exactamente lo que le pasa a Hanna. La niña está emocionada, sobre todo a medida que descubre las verdaderas costumbres de estos animales, muy diferentes a las que le han enseñado en la escuela. Ambos personajes conectan y encajan a la perfección, la soledad de la protagonista se ha poblado de repente y Braümunge, un tanto desorientada, empatiza con las vivencias de la jovencita, aprendiendo rápidamente costumbres... Seguir leyendo
La cebra bajo la cama
Hanna abrió los ojos. Algo la había despertado. Un ruido. Como si alguien hubiera tosido en su habitación. Era por la mañana temprano. La luz penetraba por una ranura de las cortinas. Solamente un poco. Fuera era de día. Hanna descorrió las cortinas hacia un lado y el sol brilló dentro de la habitación. Era una bonita mañana. Hanna miró alrededor.