Las mudanzas generan cierto desasosiego en los más pequeños. El sencillo ecosistema cotidiano se desmorona para Celia, que no entiende el cambio de domicilio y se muestra triste en la conversación imaginaria con su querida casa. El lugar donde ha sido tan feliz queda atrás y en él la alfombra de los juegos, la escalera donde reposan sus muñecas, los columpios donde tomaba el sol… Pero pronto llegan nuevos habitantes a aquel lugar y el calor del recién estrenado hogar ayuda a sobreponerse. Un relato clarificador y comprometido que ayuda a los niños a comprender estas situaciones, habituales en la vida de cualquier familia contemporánea, al mismo tiempo que muestra la diversidad que encierra nuestra sociedad. La tierna relación que mantiene la protagonista con el antiguo edificio es el hilo conductor del excelente trabajo gráfico de Mariana Ruiz Johnson.
Las mudanzas generan cierto desasosiego en los más pequeños. El sencillo ecosistema cotidiano se desmorona para Celia, que no entiende el cambio de domicilio y se muestra triste en la conversación imaginaria con su querida casa. El lugar donde ha sido tan feliz queda atrás y en él la alfombra de los juegos, la escalera donde reposan sus muñecas, los columpios donde tomaba el sol… Pero pronto llegan nuevos habitantes a aquel lugar y el calor del recién estrenado hogar ayuda a sobreponerse. Un relato clarificador y... Seguir leyendo
La casa de Celia
A Celia le gustaba su casa.
Su casa tenía una alfombra verde en la que Celia cuidaba de una granja.
Tenía una escalera en la que el oso blanco de Celia dormía la siesta.