Estamos en plena Segunda Guerra Mundial y los nazis ejercen un control asfixiante sobre la ciudad de Ámsterdam. En ese clima hostil crece Simón, que debe guardar reposo en casa a consecuencia de una enfermedad. Con motivo de su cumpleaños recibe un regalo muy especial: un telescopio con el que podrá observar los astros y las constelaciones, también descansar de tanta lectura. Sin embargo, la estrella con la que se topa el pequeño en su recorrido visual es muy diferente a la que imaginaba. Una chica de pelo negro y tez blanquecina se cuela en el objetivo. Tiene los ojos cerrados y parece ocultarse del mundo en el desván de una destartalada fábrica de confituras. Aunque parece un fantasma, fruto de su cansancio y de tantos días encerrado, está seguro de que la joven existe en realidad y no es producto de su imaginación. A través de cartones comienza una conversación que le llevará a intuir las verdaderas razones de su cautiverio. El autor, con un relato inspirado en testimonios reales, realiza un original acercamiento a la figura de una de las protagonistas más célebres de aquel dramático capítulo. Su escalofriante crónica, a la que Simón tiene acceso por azares del destino, sirvió para reconstruir el hilo de acontecimientos que conmocionaron (y siguen impactando) al mundo. Fernando Llorente aporta una colección de estampas en blanco y negro que ayudan a imaginar los escenarios en los que transcurre el relato, ilustraciones que recogen el ambiente diario de la ciudad holandesa en pleno conflicto bélico. De cara a un posible trabajo en grupo sobre la obra, ya sea en el ámbito escolar o en un club de lectura infantil, el arranque de la obra presenta algunas analogías con relatos cinematográficos como La ventana indiscreta, de Alfred Hitchcock, que pueden ser aprovechadas para enriquecer el diálogo en torno a la misma.
Estamos en plena Segunda Guerra Mundial y los nazis ejercen un control asfixiante sobre la ciudad de Ámsterdam. En ese clima hostil crece Simón, que debe guardar reposo en casa a consecuencia de una enfermedad. Con motivo de su cumpleaños recibe un regalo muy especial: un telescopio con el que podrá observar los astros y las constelaciones, también descansar de tanta lectura. Sin embargo, la estrella con la que se topa el pequeño en su recorrido visual es muy diferente a la que imaginaba. Una chica de pelo negro y... Seguir leyendo
La chica de la ventana
Un telescopio.
No se podía pedir más.
Lucas había abierto el paquete con una desbordante alegría y allí estaba, reluciente, como un milagro, aquella pequeña maravilla.
Ese año no había pedido ningún regalo por su cumpleaños, y, sin embargo, sus padres habían adivinado su deseo. Quizá porque últimamente no dejaba de hablar de las estrellas, pensó.