Considerada una de las más mordaces (e ingeniosas) novelas de ciencia ficción del pasado siglo, los editores recuperan el original en un formato de encantador aire retro que alterna texto, ilustraciones, distintos tamaños y estilos de tipografía y todo tipo de ocurrencias gráficas, al más puro estilo Jardiel Poncela. Esa fusión de formatos, mérito en gran medida del trabajo realizado por el histórico ilustrador checo Hans Ticha, incluye claros homenajes al cartelismo de principios del XX, corrientes como el Pop Art o a la obra del pintor, escultor y diseñador alemán Schlemmer, y presenta ciertas analogías estructurales y estilísticas con otras novelas revolucionarias surgidas a finales del XIX. El relato permite varios niveles de lectura y está especialmente indicado para lectores adolescentes con bagaje. La aventura lleva implícita una evidente crítica social, evidenciada en la forma en la que los personajes que deambulan por ella hacen frente a los cambios Escrito en pleno auge del fascismo, seguramente Capek nunca imaginó que su preocupación ante la creciente fabricación de armas o temas como la religión, la expansión de las fronteras, la igualdad o el idioma desembocaría en una tragedia colectiva real con el inicio de la II Guerra Mundial. Dividida en tres partes, la trama cuenta con humor las andanzas del capitán van Toch, tras descubrir unos extraños seres anfibios en una isla mientras buscaba perlas. En este colectivo ve una clara oportunidad de “negocio”: les ayudará a defenderse de los tiburones a cambio de que ellos colaboren en la recolección. Tras morir, un empresario que se sumó al proyecto funda el Sindicato de las Salamandras, con el objetivo de controlar la mano de obra barata que suponen estas criaturas para seguir beneficiándose. Pero uno de sus líderes alienta a sus congéneres a fundar su propia nación y llevar a cabo una ambiciosa e ilimitada conquista. Imprescindible.
Considerada una de las más mordaces (e ingeniosas) novelas de ciencia ficción del pasado siglo, los editores recuperan el original en un formato de encantador aire retro que alterna texto, ilustraciones, distintos tamaños y estilos de tipografía y todo tipo de ocurrencias gráficas, al más puro estilo Jardiel Poncela. Esa fusión de formatos, mérito en gran medida del trabajo realizado por el histórico ilustrador checo Hans Ticha, incluye claros homenajes al cartelismo de principios del XX, corrientes como el Pop Art... Seguir leyendo
La guerra de las salamandras
Si buscasen ustedes en el mapa la islita de Tana Masa, la encontrarían justamente en el Ecuador, un poco al oeste de Sumatra. Pero si preguntasen al capitán J. van Toch, a bordo del Kandong Bandoeng, qué es esa Tana Masa ante la cual acaba de echar anclas, maldeciría un momento y, después, les diría que es el agujero más infecto de todas estas islitas del sur.