Acostumbrados a los libros de curiosidades que pueblan habitualmente el panorama de novedades de la LIJ, es difícil imaginar una obra de este tipo que sorprenda a los lectores más curiosos. Sin embargo, no podía ser otro, Quentin Blake siempre está dispuesto a dar un paso más allá. A partir de los estrambóticos datos aportados por su compañero de travesía, John Yeoman, descubrimos un completo catálogo de récords insólitos, a cual más ingenioso, que permitirá ampliar nuestros conocimientos sobre el mundo. Porque es absolutamente crucial que sepamos ya increíbles asuntos que han estado ocultos durante mucho tiempo. Por ejemplo, la reina Victoria tal vez fue sustituida durante algunos actos oficiales por una patata. También hechos literarios relevantes, como el premio al “cuento de hadas más cursi jamás escrito”, que obtuvo Rosa Corazón y del que nadie habla. E incluso aspectos tal vez menos importantes pero que, sin duda, también constituyen una auténtica marca personal, como las 48 veces que el propio ilustrador mojó su pincel en la taza de chocolate caliente en vez del agua para pintar. Imposible conservar la seriedad en nuestra cara durante su lectura, la recopilación es todo un regalo para lectores de cualquier edad, e incluye un repertorio de fascinantes imágenes “marca de la casa”, combinada con una gran cantidad de datos ficticios en dónde se alternan diversas tipografías para llamar la atención de los más pequeños. Imprescindible.

Acostumbrados a los libros de curiosidades que pueblan habitualmente el panorama de novedades de la LIJ, es difícil imaginar una obra de este tipo que sorprenda a los lectores más curiosos. Sin embargo, no podía ser otro, Quentin Blake siempre está dispuesto a dar un paso más allá. A partir de los estrambóticos datos aportados por su compañero de travesía, John Yeoman, descubrimos un completo catálogo de récords insólitos, a cual más ingenioso,... Seguir leyendo