Juan Kruz, flamante Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil 2018, barniza de lirismo todas sus propuestas, independientemente de que el relato esté escrito en prosa o en verso. En El vuelo del topo introduce, además, delicadas pinceladas de humor –marca de la casa- y un puñado de recursos juguetones y traviesos para cautivar al pequeño lector. La trama nos sitúa en una ciudad indeterminada, en cuyo arrabal reside un topo, muy cerca del aeropuerto. Una violenta tormenta obliga al protagonista a desplazarse de su vereda habitual y abandonar sus felices túneles, será esa travesía el hilo conductor de la historia, un camino en el que coincide con otros animales con los que tiene relaciones divergentes. Un cuervo hambriento le hace comprender los peligros de la vida; una gaviota amorosa retrata la cara amable de la existencia y, junto a ellos, un descubrimiento inesperado, el del placer que provoca volar y conocer nuevos destinos. Desde Río de Janeiro el topo saluda a los más curiosos de la casa, aquellos que comprenderán el mensaje que subyace en toda la narración, una consigna llena de positivismo y valores humanos a los que ha puesto luz y color Patxi Gallego, a través de dibujos caricaturescos que presentan a los animales con sentimientos humanos, y una permanente cenefa que acompaña a los niños durante toda la lectura.

Juan Kruz, flamante Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil 2018, barniza de lirismo todas sus propuestas, independientemente de que el relato esté escrito en prosa o en verso. En El vuelo del topo introduce, además, delicadas pinceladas de humor –marca de la casa- y un puñado de recursos juguetones y traviesos para cautivar al pequeño lector. La trama nos sitúa en una ciudad indeterminada, en cuyo arrabal reside un topo, muy cerca del aeropuerto.... Seguir leyendo