La historia está escrita a base de acciones y decisiones capaces de transformar cada época y derribar absurdos muros, casi siempre protagonizadas por mujeres irrepetibles que sirven como modelo para otras generaciones. La recién nacida Liana Editorial ayuda a visibilizar algunos de esos perfiles a través de un entretenido relato en formato cómic que reúne las biografías de quince protagonistas valientes e inspiradoras. Marie Gouze, más conocida como Olympe de Gouges, firme defensora de los valores que propugnó la revolución francesa en el siglo XVIII; la reportera Nellie Bly, la escritora y profesora universitaria egipcia Nawal El Saadawi, la soldado Antonia Masanello, la cantante Angela Davis o la actriz del old Hollywood Hedy Lamarr, que sentó las bases de lo que hoy conocemos como wifi, son algunos de los perfiles escogidos, personalidades de ayer y de hoy procedentes de muy distintas culturas que han cincelado su huella en diversas disciplinas. Cada semblanza está estructurada en cuatro páginas con viñetas distribuidas en formato dos por tres, bajo un patrón de cartuchos narrativos y bocadillos clásicos. El resultado final es un apasionante compendio que tal vez debería incluirse en los planes de estudios como ejemplo de tenacidad y en defensa de la igualdad. La obra fue reconocida con el Premio Andersen al Mejor Cómic en 2014.
La historia está escrita a base de acciones y decisiones capaces de transformar cada época y derribar absurdos muros, casi siempre protagonizadas por mujeres irrepetibles que sirven como modelo para otras generaciones. La recién nacida Liana Editorial ayuda a visibilizar algunos de esos perfiles a través de un entretenido relato en formato cómic que reúne las biografías de quince protagonistas valientes e inspiradoras. Marie Gouze, más conocida como Olympe de Gouges, firme defensora de los valores que propugnó la... Seguir leyendo
Chicas malas
Olympe de Gouges
De ella se dijo que estaba loca, que padecia "histeria revolucionaria". Dijeron que no sabía leer ni escribir y que los autores de sus obras eran, en realidad, sus amantes. No fue suficiente matarla, se hizo de todo para borrar su memoria.