En algunas de las entrevistas que la autora concedió al obtener el Premio Edebé de Literatura Infantil por esta obra, Maite Carranza, antropóloga además de escritora, confesó que en un viaje a África conoció a una pareja que criaba a su hijo junto a un chimpancé. Esta experiencia sirvió como germen para la idea que desarrolla a lo largo de la trama. A través de una hilarante aventura, Carranza nos invita a observar los comportamientos de animales que se suponen “salvajes” para descubrir en sus acciones que, en muchas ocasiones, saben corregir sus errores, pedir perdón y mostrar una humilde actitud ante los propios errores, formas de actuar que la autora contrapone, por ejemplo, con la relación que una de las protagonistas, Mary Jo, mantiene con el jefe de la exploración o con las expresiones machistas y autoritarias que son comunes entre algunos de los humanos que forman parte del relato. El núcleo central de la propuesta tiene a Dani como actor principal, un niño que se encuentra solo y perdido en plena sabana africana, lugar al que ha llegado formando parte de un safari junto a la familia. A partir de ahí, siempre con la sonrisa por bandera, la escritora construye un eficaz y solvente relato que homenajea las novelas de Edgar Rice Burroughs al mismo tiempo que invita a reflexionar sobre las relaciones sociales y denuncia algunos comportamientos que aún existen entre los hombres y mujeres. Original y adictivo, como suele ser la prosa de esta creadora, el jurado del prestigioso premio decidió destacar, por unanimidad, esta propuesta frente a las 197 obras restantes.
En algunas de las entrevistas que la autora concedió al obtener el Premio Edebé de Literatura Infantil por esta obra, Maite Carranza, antropóloga además de escritora, confesó que en un viaje a África conoció a una pareja que criaba a su hijo junto a un chimpancé. Esta experiencia sirvió como germen para la idea que desarrolla a lo largo de la trama. A través de una hilarante aventura, Carranza nos invita a observar los comportamientos de animales que se suponen “salvajes” para descubrir en sus acciones... Seguir leyendo
Safari
No sé dónde estoy.
No veo nada, me duele un montón la cabeza, apenas puedo moverla y siento un zumbido como si me la estuviesen cortando con una motosierra.
Sorry, rectifico, creo que me he confundido.
El ruido no es exactamente el de una motosierra -no soy experto en motosierras-. Diría que suena a algo así como a gruñidos de un animal -tampoco soy experto en animales-.