Alma prefiere mentir a sus padres para ocultar la verdadera situación que está viviendo en el instituto. A pesar de su brillantez en las calificaciones académicas, ir a clase se ha convertido en una pesadilla gracias a una serie de jóvenes que le hacen la vida imposible. Para sobrevivir debe “seguir la corriente” y convertirse en un títere sin futuro. La sociedad parece tomar conciencia de uno de los graves problemas que asola a niños y adolescentes en el siglo XXI, conflictos que, como vemos todos los días en los medios de comunicación, a veces han tenido un trágico final. En un acertado ejercicio de empatía, la autora consigue introducir a los lectores en la vida cotidiana de una de las miles de personas que tienen que sufrir, a diario, el acoso y la violencia. La trama se centra en la manera en que la protagonista asume la situación y afronta el problema, pero también aporta el punto de vista de los amigos que advierten el drama por el que está pasando, la familia, que, a pesar de los silencios y la escasa comunicación, intuye la realidad y, como punto novedoso y especialmente interesante, el de los antagonistas que asolan a la víctima. La novela, además, apela a la intervención directa de los docentes, un punto valiente y, tal vez, vital, para atajar de una vez por todas este tipo de comportamientos. Un cambio de registro de una autora que, con anterioridad, había despuntado en verso logrando el XIII Premio de Poesía Infantil convocado por CEPLI

Alma prefiere mentir a sus padres para ocultar la verdadera situación que está viviendo en el instituto. A pesar de su brillantez en las calificaciones académicas, ir a clase se ha convertido en una pesadilla gracias a una serie de jóvenes que le hacen la vida imposible. Para sobrevivir debe “seguir la corriente” y convertirse en un títere sin futuro. La sociedad parece tomar conciencia de uno de los graves problemas que asola a niños y adolescentes en el siglo XXI, conflictos que, como vemos todos los días en los medios de... Seguir leyendo