El sol deja reposar su luz sobre el mar y la vida parece amable en el pueblo con la llegada del verano. Sin embargo, el padre del protagonista sigue sumergiéndose en el hollín de la mina día tras día, perdiéndose los maravillosos fragmentos de felicidad que la naturaleza nos ofrece. El balanceo del columpio junto a los amigos, la visión fascinante del océano abriéndose frente a la costa, el camino para hacer los encargos domésticos, el olor del buen tiempo… Solo hay un punto en el que, por fin, todos los componentes de la familia pueden estar juntos y soñar abrazados: el crepúsculo del día que, también frente a las olas, tiene otro sabor. La fortaleza de este álbum reside en su potente colección de imágenes, estampas familiares que rezuman cariño y que captan a la perfección la sensibilidad con la que está narrado el relato y las tonalidades que bañan las casas que forman la villa, cuyo contrapunto son las oscuras galerías en las que desarrolla su trabajo el minero. Una golosina ilustrada para momentos de melancolía reconocida a nivel internacional en 2018 con premios como Kate Greenaway Medal, Canadian Children’s Literature Award, Lillian Shepherd Award for Excellence in Illustration y New York Rights Fair.
El sol deja reposar su luz sobre el mar y la vida parece amable en el pueblo con la llegada del verano. Sin embargo, el padre del protagonista sigue sumergiéndose en el hollín de la mina día tras día, perdiéndose los maravillosos fragmentos de felicidad que la naturaleza nos ofrece. El balanceo del columpio junto a los amigos, la visión fascinante del océano abriéndose frente a la costa, el camino para hacer los encargos domésticos, el olor del buen tiempo… Solo hay un punto en el que, por fin, todos los componentes... Seguir leyendo
Pueblo frente al mar
Desde mi casa veo el mar.
Es así: casa, camino, loma verde, mar.
Y luego, el pueblo que se extiende
hacia acá y hacia allá.
Mi padre es minero. Trabaja bajo el mar
en las minas de carbón.
Cuando despierto por las mañanas, escucho las gaviotas.