Siempre Sentado En Mal Sitio es un indio comanche de 7 años, un tanto despistado y soñador, feliz con su existencia en perfecta comunión con la naturaleza, a pesar de los múltiples accidentes que sufre en su deambular por los bosques, y de las diferentes heridas “de guerra” que luce por todo su cuerpo. Pasa las horas pescando, lanzando flechas, escalando árboles y, en algunos momentos, reflexionando sobre las pequeñas cosas de la vida. Uno de los interrogantes que se plantea es el origen de ese extraño nombre. Los lectores, al conocer poco a poco sus andanzas, entenderán perfectamente la razón de esta nomenclatura. Con un claro mensaje final, basado en el ejemplo que rige en el matriarcado al que pertenece el protagonista, los autores transmiten una enseñanza a través de aventuras sencillas, ilustradas con técnicas que fusionan collage y composición fotográfica, integradas en la colección de “humor inteligente para niñas, niños y grandes” por la que apuesta desde hace unos años la editorial bilbaína.
Siempre Sentado En Mal Sitio es un indio comanche de 7 años, un tanto despistado y soñador, feliz con su existencia en perfecta comunión con la naturaleza, a pesar de los múltiples accidentes que sufre en su deambular por los bosques, y de las diferentes heridas “de guerra” que luce por todo su cuerpo. Pasa las horas pescando, lanzando flechas, escalando árboles y, en algunos momentos, reflexionando sobre las pequeñas cosas de la vida. Uno de los interrogantes que se plantea es el origen de ese... Seguir leyendo
Siempre sentado en mal sitio
Siempre Sentado En Mal Sitio era un niño con una gran cicatriz en el brazo izquierdo.
Siempre Sentado En Mal Sitio tenía otra cicatriz en la mano derecha.
Siempre Sentado En Mal Sitio tenía tres marcas más, todas en la nariz.
Y ocho moratones y cuatro heridas en las piernas.