¿Qué pasará cuando seamos mayores? Los juegos infantiles en el parque dan paso a la reflexión. En ese terreno mágico de la infancia conviven niños y ancianos que, sentados en los bancos, avivan la imaginación. En torno a esa pregunta los pequeños generan una conversación en la que conviven temores, ilusiones, fantasías y una dulce certeza: la amistad de los protagonistas pervivirá por siempre y nunca habrá hueco para la soledad, precisamente esa que sufren hoy tantos mayores. Nostálgico ejercicio de brumas, alegrías e incertidumbres, cargado de lirismo en el que destaca especialmente el plano gráfico. La autora conmueve a los lectores especialmente en el tramo final, momento que puede servir para reivindicar la importancia de las relaciones intergeneracionales, invitar a reflexionar sobre la vital experiencia de nuestros ancianos y apreciar el indudable tesoro que supone conversar con ellos.

¿Qué pasará cuando seamos mayores? Los juegos infantiles en el parque dan paso a la reflexión. En ese terreno mágico de la infancia conviven niños y ancianos que, sentados en los bancos, avivan la imaginación. En torno a esa pregunta los pequeños generan una conversación en la que conviven temores, ilusiones, fantasías y una dulce certeza: la amistad de los protagonistas pervivirá por siempre y nunca habrá hueco para la soledad, precisamente esa que sufren hoy tantos mayores.... Seguir leyendo