Lalana tiene una larga y sólida carrera en el campo de la literatura juvenil y conoce como pocos los resortes para construir buenas historias para el sector de edad adolescente. En Falso Directo teje una trama que despierta el interés de un determinado perfil de lector para, en el momento menos esperado, dar un golpe de timón y sorprender a todos orientando el argumento hacia otros derroteros, más acordes a anteriores propuestas exitosas. Aunque es cierto que la generación Z es la menos interesada en la televisión de la historia (al menos bajo el concepto que conocíamos hasta hace unos años); realities como First Dates, formato en el que se inspira una parte de la obra, tienen un público fiel interesado en cómo evolucionan supuestos encuentros amorosos programados. La sorpresa del protagonista es mayúscula cuando descubre que su pareja de baile es de su mismo sexo. Poco interesado en mantener una relación mantiene las apariencias para no hacer que fracase el programa. El giro acontece cuando los lectores descubrimos que el chico es, en realidad, hijo de un policía que lleva un tiempo investigando la desaparición en extrañas circunstancias de un joven a quien, presuntamente, podría haber asesinado su compañero de mesa. El inteligente enfrentamiento dialéctico entre ambos, en un ambiente de tensión y sospecha permanente, fusionado con las reflexiones que se cuelan sobre la identidad sexual e incluso sobre el maltrato (subyace un grave problema familiar que ha desencadenado determinadas actitudes); convierte la nueva obra de Lalana, escritor ganador de algunos de los reconocimientos más importantes de este subgénero como el Hache, el Nacional de LIJ o el Cervantes Chico, en una propuesta sugerente y adictiva para lectores juveniles aficionados al thriller psicológico.
Lalana tiene una larga y sólida carrera en el campo de la literatura juvenil y conoce como pocos los resortes para construir buenas historias para el sector de edad adolescente. En Falso Directo teje una trama que despierta el interés de un determinado perfil de lector para, en el momento menos esperado, dar un golpe de timón y sorprender a todos orientando el argumento hacia otros derroteros, más acordes... Seguir leyendo
Falso directo
PREVIO: 16 DE ENERO DE 2016
Esa tarde, a Kralov le costó mucho abrir la puerta del piso. No acertaba a introducir el llavín en la cerradura y eso solo podía significar que venía ebrio. Más de lo habitual, incluso.
Natalia, escuchando los golpes y las maldiciones en ruso, se echó a temblar. Apretó los dientes, en un intento de apaciguar el galope de su corazón, y trató de concentrarse en el libro que leía, una novela de Pierre Lemaitre que Félix le había regalado la pasada Navidad.