Para el hambriento monstruo rosa, su pequeña presa solo es COMIDA. Dispuesto a darse un gran festín, decide escribir a sus más apreciados y horribles amigos para que acudan a tan exquisita degustación de carne de niño a la brasa. Sin embargo, a medida que va avanzando en su receta, descubre que es mucho más divertido jugar y explorar el mundo en compañía de este particular ingrediente principal. Pero entonces, ¿qué alimento ofrecerá a sus extravagantes amistades cuando llegue la hora de la fiesta? Imágenes coloristas y tremendamente divertidas (no es la primera incursión de esta ilustradora en el universo monstruil); acompañan una narración trufada de pequeños troqueles que permiten al lector descubrir diversos tipos de correspondencia. Todas las respuestas de los invitados (cartas formales y de amor, mensajes informales, apuntes escritos con el mayor afecto…); se acumulan en el buzón de nuestro protagonista al mismo tiempo que va creciendo el afecto por su acompañante… ¿Cómo terminará esta historia?
Para el hambriento monstruo rosa, su pequeña presa solo es COMIDA. Dispuesto a darse un gran festín, decide escribir a sus más apreciados y horribles amigos para que acudan a tan exquisita degustación de carne de niño a la brasa. Sin embargo, a medida que va avanzando en su receta, descubre que es mucho más divertido jugar y explorar el mundo en compañía de este particular ingrediente principal. Pero entonces, ¿qué alimento ofrecerá a sus extravagantes amistades cuando... Seguir leyendo
El banquete de los monstruos
Un día que estaba HAMBRIENTO,
monstruo atrapó a Comida.
Estaba encantado:
Comida tenía un aspecto delicioso.
- Pareces Comida -dijo Monstruo
- No, no lo soy -respondió Comida.
Monstruo pensó que debía compartir una comida tan sabrosa, así que decidió invitar a todos sus monstruosos amigos a un BANQUETE MONSTRUIL.