Alain Serres inaugura un nuevo género para los pequeños lectores: el libro publicitario. Hasta ahora habíamos visto anuncios, unos más creativos y atractivos que otros, mientras disfrutábamos de una película, serie e incluso durante viajes (en las vallas publicitarias); un paseo por la calle (transporte público, camisetas...); o una travesía por internet (los banners son ya de la familia) Era inevitable que los "comerciales" llegaran tarde o temprano a la literatura. A partir del clásico cuento de hadas de transmisión oral, recuperado por Perrault, el autor francés y un grupo de escogidos ilustradores, con Clotilde Perrin al cargo de las que jalonan la trama principal, imaginan las aventuras de la pequeña, el lobo y la abuela en clave de parodia, introduciendo -como si de una "teletienda" en papel se tratara-; numerosos spots a cada cual más divertido.
Alain Serres inaugura un nuevo género para los pequeños lectores: el libro publicitario. Hasta ahora habíamos visto anuncios, unos más creativos y atractivos que otros, mientras disfrutábamos de una película, serie e incluso durante viajes (en las vallas publicitarias); un paseo por la calle (transporte público, camisetas...); o una travesía por internet (los banners... Seguir leyendo
Capublicita Roja
¿Por qué la publicidad no puede interrumpir
más que las películas de la tele?
¿Por qué solo puede colarse
en los dibujos animados, las páginas
de los periódicos, los programas de radio,
los portales de internet, las camisetas,
los autobuses y las vallas publicitarias
de todos los pueblos y ciudades,
y nunca aparece en los libros?