Nada mejor que conocer las metodologías que cada civilización ha adoptado para construir a lo largo de la historia para despertar el interés de los niños y jóvenes por la arquitectura. Para que admiren el trabajo que conlleva la edificación de cada casa, castillo, templo, palacio, rascacielos… y el resultado final, apreciable en cada ciudad y pueblo del planeta, que ha perdurado o que ha sido diseñado para resistir el paso del tiempo, la doctora y profesora de proyectos arquitectónicos en la ETSAB, explica el papel fundamental que esta profesión juega en la sociedad, así como los nuevos conceptos que fluyen en el ámbito para transformar nuestra geografía en un lugar más cómodo y habitable. Cada página incluye, además de interesantes infografías y detallistas ilustraciones, una serie de símbolos que ayudan a conocer los datos que los autores consideran fundamentales (cuándo se construyó el edificio del que se habla, los materiales de los que está hecho, los autores del proyecto y la función para la que fue creado). Editado en gran formato, aporta una amplia cantidad de curiosidades (edificios icónicos, los más altos, la arquitectura que se espera para el futuro, cómo es el trabajo diario en un estudio profesional…) En definitiva un atractivo y original ensayo para implicar a los lectores preadolescentes en el mundo que les rodea a través de un apasionante recorrido histórico.
Nada mejor que conocer las metodologías que cada civilización ha adoptado para construir a lo largo de la historia para despertar el interés de los niños y jóvenes por la arquitectura. Para que admiren el trabajo que conlleva la edificación de cada casa, castillo, templo, palacio, rascacielos… y el resultado final, apreciable en cada ciudad y pueblo del planeta, que ha perdurado o que ha sido diseñado para resistir el paso del tiempo, la doctora y profesora de proyectos arquitectónicos en la... Seguir leyendo
Descubre la arquitectura
A lo largo de la historia, los seres humanos han creado refugios y lugares para resguardarse del mal tiempo y mantenerse a salvo de los depredadores. Nuestros primeros ancestros construían sus refugios con todo aquello que tenían a mano, como ramas, hojas o pieles de animales. Otros cavaban agujeros en el suelo para cobijarse, o bien se refugiaban en cuevas.