Las últimas generaciones han conocido las andanzas de Basil gracias a la popularidad que alcanzó la adaptación cinematográfica que Disney realizó (con la participación de artistas como Henry Mancini, a la batuta de la banda sonora, o Vincent Price, en el doblaje); allá por 1986. Sin embargo es preciso reivindicar el excelente texto literario en el que están basadas, una serie de obras firmadas por la escritora y poeta norteamericana Eve Titus a mediados del siglo XX. Aunque el volumen de versiones existentes (en todos los soportes, desde el cómic hasta los videojuegos pasando por las series para plataformas VoD); sobre el universo de Sherlock Holmes es inabarcable, tal vez la vida del ratoncito (conocedor de primera mano de los métodos practicados por los residentes en el 221B de Baker Street); es una de las más originales y divertidas. Bajo el suelo de esa casa se alza toda una ciudad homenaje al detective, poblada por roedores como el protagonista o su inseparable doctor Dawson. Allí hacen frente, como su maestro, a los casos y enigmas que depara la vida cotidiana. En este caso se implican en la investigación del secuestro de dos hermanas a cargo, presuntamente, de la peligrosa banda de los Tres Terribles, la trama es el hilo conductor para tributar un encantador homenaje al héroe, un argumento poblado de vasos comunicantes con los libros originales. La parte gráfica corre a cargo del artista húngaro, aunque posteriormente nacionalizado estadounidense, Paul Galdone, que refleja con detalle aspectos de la vida cotidiana londinense en la época victoriana y las principales escenas protagonizadas por los animales humanizados. Con suaves toques de humor (es curioso ver como el superdetective descarga también sus tensiones tocando el violín), el ganador –entre otros muchos reconocimientos-, de la Medalla Caldecott dejó para la posteridad los esbozos de lo que sería para siempre la imagen oficial de este pequeño héroe de la literatura infantil. 

Las últimas generaciones han conocido las andanzas de Basil gracias a la popularidad que alcanzó la adaptación cinematográfica que Disney realizó (con la participación de artistas como Henry Mancini, a la batuta de la banda sonora, o Vincent Price, en el doblaje); allá por 1986. Sin embargo es preciso reivindicar el excelente texto literario en el que están basadas, una serie de obras firmadas por la escritora y poeta norteamericana Eve Titus a mediados del siglo XX. Aunque el volumen de versiones... Seguir leyendo