Algunas veces, la vida ofrece pocos asideros a los que agarrarse. La desesperación que provoca la falta de recursos para subsistir lleva a muchas personas a tomar caminos peligrosos con el único afán de salvar a sus familias. Tal es el caso de la protagonista de esta novela, galardonada con el Premio Jordi Sierra i Fabra, que reconoce las mejores obras publicadas por autores menores de dieciocho años, en su edición 2020. En el norte de México y el sur de Estados Unidos es bien conocido el trayecto que recorre un tren al que los habitantes de la zona han bautizado con nombres como La Bestia, convoy de la muerte o devoramigrantes. Con semejante nomenclatura intuímos que todo lo que ocurre en su interior es terrorífico y así lo demuestra el relato, escrito en primera persona y centrado en el sobrecogedor camino por la supervivencia que toma Andrea. Esta podría ser una más de las innumerables historias de resistencia que en esos vagones suceden a cada minuto, pero la autora plasma en papel las historias que escuchó desde niña, y expone sus emociones a través de un personaje femenino joven y valiente, una guatemalteca -podria tener cualquier nacionalidad- "obligada" a huir, que presencia el horror que allí se vive, pero también los brotes de esperanza que surgen gracias a Carlos, otro adolescente al que conocerá en la travesía, y otros personajes. Un viaje iniciático descrito con admirable economía de lenguaje y máxima emoción.
Algunas veces, la vida ofrece pocos asideros a los que agarrarse. La desesperación que provoca la falta de recursos para subsistir lleva a muchas personas a tomar caminos peligrosos con el único afán de salvar a sus familias. Tal es el caso de la protagonista de esta novela, galardonada con el Premio Jordi Sierra i Fabra, que reconoce las mejores obras publicadas por autores menores de dieciocho años, en su edición 2020. En el norte de México y el sur de Estados Unidos es bien conocido el trayecto que... Seguir leyendo
La Bestia
Le dicen el tren de la muerte
a un arma letal de tamaño siniestro.
Lleva en su espalda, una espalda de acero,
cual bala en la recámara,
a sus presas, pequeñas, débiles e indefensas.
En cualquier momento se aprieta el gatillo.
Salen disparadas las balas,
muriendo según muere el camino.
Como balas, las víctimas;
como camino, las vías.
Y como arma, como monstruo,
el gran tren:
La Bestia