Paula es, desde siempre, una gran admiradora de la Luna. Le encantaría pisar su superficie alguna vez o, en su defecto, enviar a uno de sus peluches como emisario. Es muy tenaz e incluso ha remitido alguna carta a la NASA rogando que le hagan un hueco en cualquiera de las naves que exploran el satélite. Mientras eso ocurre, ha diseñado su propio cohete y generado un sistema de reservas de oxígeno, con globos del cumpleaños, para subsistir en caso de que pueda llevar a cabo su gran proyecto. Estos son algunos de los muchos sueños que, cada noche, la pequeña disfruta antes de dormir y que ha querido compartir con los lectores. Un dulce y breve texto que desfila entre las ilustraciones a sangre y a doble página, fusión de fantasía y realidad, elaboradas alternando formato vertical y horizontal por la excelente artista alemana Sonja Wimmer,

Paula es, desde siempre, una gran admiradora de la Luna. Le encantaría pisar su superficie alguna vez o, en su defecto, enviar a uno de sus peluches como emisario. Es muy tenaz e incluso ha remitido alguna carta a la NASA rogando que le hagan un hueco en cualquiera de las naves que exploran el satélite. Mientras eso ocurre, ha diseñado su propio cohete y generado un sistema de reservas de oxígeno, con globos del cumpleaños, para subsistir en caso de que pueda llevar a cabo su gran proyecto. Estos son algunos de los muchos sueños que, cada noche,... Seguir leyendo