Bernardo es un vecino muy popular en el pueblo, arregla zapatos (aunque nadie necesita acudir a su taller de reparaciones); y luce un llamativo y elegante bigote que le confiere una personalidad única. Una mañana lee en el periódico, entre otras tristes noticias, que el mostacho está en peligro de extinción dado el rechazo generalizado que la sociedad actual muestra hacia este pelo fuerte nacido en el labio superior, tan común entre los varones en otro tiempo. No se trata solo de una cuestión estética, es que a él y a otras personas le ha ayudado especialmente a lo largo de toda su vida. ¿Por qué ya no gusta? ¿Por qué "no se lleva"? Decidido a conocer las respuestas a sus inquietudes se lanza a la aventura, en bicicleta, recopilando información y peculiares vivencias. Una trama muy original, secuenciada a través de exquisitas acuarelas con aroma de cuento clásico, que sirve como carta de presentación de una nueva editorial de literatura infantil y juvenil, especializada en álbum, nacida en 2020. El texto, divertido y fresco, apela al tesón y al refuerzo de la personalidad para superar prejuicios y mantener un estilo propio por encima de tendencias y modas impuestas.
Bernardo es un vecino muy popular en el pueblo, arregla zapatos (aunque nadie necesita acudir a su taller de reparaciones); y luce un llamativo y elegante bigote que le confiere una personalidad única. Una mañana lee en el periódico, entre otras tristes noticias, que el mostacho está en peligro de extinción dado el rechazo generalizado que la sociedad actual muestra hacia este pelo fuerte nacido en el labio superior, tan común entre los varones en otro tiempo. No se trata solo de una cuestión estética,... Seguir leyendo
El ciclista con bigote
En un pueblecito rodeado de montañas, grandes árboles y un riachuelo, vivía Bernardo, el vecino más conocido. No pregunten por qué.
Bernardo amaba su oficio: le encantaban los zapatos, sobre todo repararlos. Ningún vecino del pueblo tenía los zapatos rotos.
Además, disfrutaba haciendo deporte y usaba un calzado diferente para cada actividad.
Siempre en compañía de su espléndido bigote.