Las bacterias no tienen muy buena fama, sin embargo olvidamos que constituyeron la primera forma de vida que apareció sobre la Tierra y que fueron sus únicas habitantes durante millones de años. A lo largo de un variado y exhaustivo análisis descubrimos como estos seres, “las criaturas más simples del planeta”, han conseguido “colonizarnos”. Seres microscópicos presentes en todos los lugares imaginables, de los que tenemos constancia desde el momento en el que Antoni van Leeuwenhoek diseñó un aparato capaz de detectar su presencia entre las telas con las que comerciaba (en pleno siglo XVII) Gracias a la profunda labor de documentación realizada por el cirujano y especialista en alimentación Fabio Piccini, y Sonia Savini, conocida en Italia por la publicación de una obra en la que reflexionaba sobre los cada vez más frecuentes trastornos de alimentación en los adolescentes, nos sorprenderemos con las características comunes, los riesgos (y beneficios) que representan, su utilización en la industria alimentaria o en la agricultura... En el epílogo, como complemento, sugieren una serie de consejos para descubrir las propiedades que pueden aportar a nuestra dieta y cómo inciden en la salud. El apartado gráfico, en tono caricaturesco -dotando de vida a las protagonistas y parodiando algunas escenas-; corre a cargo del ilustrador Blasco Pisapia, conocido sobre todo por sus aportaciones al universo Disney.
Las bacterias no tienen muy buena fama, sin embargo olvidamos que constituyeron la primera forma de vida que apareció sobre la Tierra y que fueron sus únicas habitantes durante millones de años. A lo largo de un variado y exhaustivo análisis descubrimos como estos seres, “las criaturas más simples del planeta”, han conseguido “colonizarnos”. Seres microscópicos presentes en todos los lugares imaginables, de los que tenemos constancia desde el momento en el que Antoni van Leeuwenhoek... Seguir leyendo
El mundo de Bac
Habría preferido un cómic.
Sin duda, para contar mi historia, habría preferido un
cómic a todo color. ¡Lo bien que me lo habría pasado
observando al dibujante esbozar trabajosamente mis
rasgos! ¿Te lo imaginas retratando a un pequeño ser
informe, a un minúsculo cuerpecillo, semejante a un
bastoncito, que parece una broma de la naturaleza?
Así me ven los demás.
Y, por desgracia, me temo que así soy.
Pero espero que tú me valores por mis cualidades internas
y no por mi aspecto físico.