Los padres de Harold son un tanto peculiares y profundamente parcos en sus afectos. A punto de cumplir siete años el pequeño protagonista quisiera tener la oportunidad de disfrutar, por primera vez, de una fiesta de cumpleaños. Tal es el sentimiento de tristeza que transmite a sus progenitores que, ¡albricias!, deciden organizar de forma extraordinaria, a través del señor Ponzio, una celebración especial. Lo que no imaginan es que será de consecuencias irreversibles por la extrema fiereza de sus invitados. Y es que cuando se preparan convites con animales salvajes lo más probable es que ninguna parte de la casa permanezca intacta, ¡pero tampoco los sentimientos de todos los niños que tendrán la oportunidad de jugar con ellos! Para saber cómo se van sintiendo los papás, mejor lee y disfruta con sosiego este libro ilustrado que brilla con intensidad por la calidad de sus imágenes, algo habitual en los proyectos siempre cautivadores de Beatrice Alemagna, y por el mensaje positivo, tan necesario en estos tiempos, que transmite: de todo gran desastre se puede extraer una enseñanza favorable o puede desencadenar cambios a mejor. Uno de los primeros indispensables de 2022.

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