¡Una semana solo en casa! Sin rutinas, sin normas… Tuffy, un gato pillo y astuto, al que ya conocemos de su puesta de largo en 2021, no se cree la suerte que ha tenido. En esta ocasión, para cubrir sus necesidades básicas, el cura de la parroquia accede a visitar el hogar. Allí no tarda en afear y tratar de corregir las anárquicas acciones del protagonista, sin embargo, está acostumbrado a hacer lo que quiere y a disfrutar al máximo cada minuto de existencia de sus siete vidas junto a la pandilla (Tiger, Bella y Pusskins), por lo que las travesuras no cesan. Coincidiendo con la visita de una amiga de su dueña, Melanie, a la que el minino tiene especial inquina (a pesar de que lo que más le gustaría es tener a Tuffy como mascota); se produce un estrambótico accidente que termina con el protagonista en el interior de la casa de la niña. Allí comprobará que no se vive tan mal siendo objeto de todo tipo de atenciones por lo que decide poner en marcha un maquiavélico plan para alargar la situación todo lo posible. La autora de Madame Doubtfire narra a modo de diario, con jerga coloquial y abundantes referencias y giros lingüísticos bien conocidos por los niños, la trayectoria de un gato que no parece evolucionar en sus comportamientos y siempre garantiza un buen rato de risas y buen humor (aunque posiblemente los que sufren sus acciones no piensan lo mismo) Las ilustraciones, sencillas y expresivas, se centran en representar las distintas escenas que vive el minino, con primeros planos para incidir en determinados objetos o detalles de la trama.
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Diario de un gato asesino. El regreso
Cómo empezó todo
¡Vale, vale! Fustigadme, esposad mis enclenques patitas.
La he liado. Un poco.
Cortadme la cola, si queréis. Porque por lo visto yo, un insignificante gato, fui el responsable de toda una ola de crímenes.
Venga, ¿qué pensáis hacerme ahora? ¿Confiscarme el comedero y decirme que soy un gatito muy malo?