Guiomar es una pirata diferente a las que conoces, cuando se une a la tripulación perruna todos los marineros se extrañan de su afición por la lectura. El capitán Sopapo muestra incluso su rechazo recordando a la protagonista que en la travesía no habrá tiempo para esos placeres. Sin embargo el “Manual pirata” se va a convertir en “carta de navegación” fundamental para llevar la aventura por el buen camino. A pesar de las dificultades que hacen pasar al personaje principal, demuestra su nobleza con acciones que cambian el rumbo de los acontecimientos, como el rescate del jefe de las frías y bravas aguas en alta mar (gracias a la página 42 de su texto de cabecera, “Salvar vidas”); y, finalmente, al llegar a la isla que oculta el tesoro descubrirán que la verdadera fortuna reside en tener la posibilidad de descubrir mundos maravillosos en otras páginas. Nuestra grumete consigue transformar el ambiente bucanero en un armonioso grupo de lectura capaz incluso de construir bibliotecas en cada destino. Un libro ilustrado con mucho humor, en el que los autores combinan un sugerente juego de planos con escenas puntuales de efectivo dinamismo que realzan las cualidades caricaturescas de los personajes, todos ellos animales humanizados que recrean los tópicos que se atribuyen al universo corsario.
Guiomar es una pirata diferente a las que conoces, cuando se une a la tripulación perruna todos los marineros se extrañan de su afición por la lectura. El capitán Sopapo muestra incluso su rechazo recordando a la protagonista que en la travesía no habrá tiempo para esos placeres. Sin embargo el “Manual pirata” se va a convertir en “carta de navegación” fundamental para llevar la aventura por el buen camino. A pesar de las dificultades que hacen pasar al personaje principal, demuestra su... Seguir leyendo
LA PIRATA GUIOMAR
El día que se unió a la tripulación, Guiomar
estaba muy contenta, ¡podía leer y navegar!
Por su cabeza revoloteaban
los cuentos que tanto le encantaban.
Aunque no sabía qué llevar,
¡su Manual pirata no podía faltar!
Le había enseñado todo lo que sabía:
a averiguar la dirección del viento, a pilotar
y remar y con la brújula orientarse en el mar.