En la soledad del valle Jozko resiste en la casa en la que nació. Pero los inviernos son duros y no tiene a nadie con quién hablar ni compartir sus sentimientos. Una mañana descubre un prodigio que cambiará su existencia, la llegada de unas abejas inundan de vida esa parte inhóspita de la naturaleza. Pronto construye un refugio en el que puedan asentarse y, en consecuencia, comienza el proceso casi mágico que implica su presencia. Para llevar a buen puerto sus tareas, el protagonista, un animal humanizado (tal vez un topo); se sumerge en la lectura de libros y manuales específicos sobre la apicultura, eso le permitirá adquirir unas habilidades y protegerse adecuadamente para extraer la mejor miel de la zona y, en consecuencia, provocar un cambio radical en el medio llamando la atención de nuevos vecinos. ¡Donde hay abejas, hay vida! En la parte final la obra incluye un completo análisis de los tipos de abejas existentes, su modo de vida, los procesos en los que participan, e incluso los elementos básicos en la despensa de un buen apicultor o los secretos para hacer el mejor hidromiel, una bebida que ya consumían griegos, romanos, celtas, normandos, sajones, vikingos y mayas en la Antigüedad. La ilustradora eslovaca desembarca en el catálogo de Barbara Fiore con una serie de títulos, además de Jozko en los próximos días os hablaremos de otros protagonistas como Eliska y Frantisek, que invitan a reflexionar sobre nuestra relación con la naturaleza y los animales de una forma inteligente, plena de sensibilidad y buen gusto. Muy recomendable.
En la soledad del valle Jozko resiste en la casa en la que nació. Pero los inviernos son duros y no tiene a nadie con quién hablar ni compartir sus sentimientos. Una mañana descubre un prodigio que cambiará su existencia, la llegada de unas abejas inundan de vida esa parte inhóspita de la naturaleza. Pronto construye un refugio en el que puedan asentarse y, en consecuencia, comienza el proceso casi mágico que implica su presencia. Para llevar a buen puerto sus tareas, el protagonista, un animal humanizado (tal vez un... Seguir leyendo
Jozko el apicultor
El final del invierno está ya a la vuelta de la esquina. Aunque sigue soplando un viento muy molesto, solo falta que cante la alondra para que comience la primavera. Sin embargo, aquí no anidan las alondras. Tampoco vive aquí ningún otro pájaro, ni animal, ni siquiera un insecto.