¡Ha nacido un niño de papel! En consecuencia, hay una serie de acciones que deben prevenirse, pero las ganas de jugar y de vivir experiencias hacen dificultosa esa tarea. Las palabras escritas en su cuerpo hacen cosquillas, pero también pueden borrarse con el agua. El viento favorecerá las estructuras de origami, pero pueden extraviar para siempre aquel cuerpo liviano. Igualmente existe el riesgo definitivo del fuego, peligro que recuerda el destino final que une a humanos y figuras de papel. El protagonista sirve como esbozo para conocer sentimientos universales e identificar pasajes vitales que todas las personas atraviesan en alguna ocasión. La excepcional propuesta derrocha originalidad y sensibilidad en un momento en el que se publican demasiados libros que, tal vez, ahondan en los mismos temas para este segmento de edad, y está modelada con técnicas muy atractivas que combinan las texturas del papel gastado con restos de tinta, escenas abstractas y un tanto surrealistas, y un personaje principal diseñado a través de pliegos nacidos de la papiroflexia. Un proyecto fascinante que alcanzó la final de la XIV edición del emblemático Premio Internacional Compostela de Álbum Ilustrado.
¡Ha nacido un niño de papel! En consecuencia, hay una serie de acciones que deben prevenirse, pero las ganas de jugar y de vivir experiencias hacen dificultosa esa tarea. Las palabras escritas en su cuerpo hacen cosquillas, pero también pueden borrarse con el agua. El viento favorecerá las estructuras de origami, pero pueden extraviar para siempre aquel cuerpo liviano. Igualmente existe el riesgo definitivo del fuego, peligro que recuerda el destino final que une a humanos y figuras de papel. El protagonista sirve como... Seguir leyendo
DE PAPEL
De nombre Mateo. Varón. Completito, sí; diez dedos en las manos y diez dedos en los pies.
Ojos grises, apenas treinta centímetros pero fuerte y sano.
¿Que cuánto pesó? Tres kilos doscientos gramos,
¡y es que el papel es muy pesado!