Con estos dos nuevos capítulos en formato cómic, dirigidos a los primeros lectores, certificamos una vez más que Pippi es sinónimo de libertad. Su particular visión del mundo, aún hoy transgresora y, ante todo, feliz, permite a los niños de cualquier latitud hacer realidad sus sueños de aventura y dejar volar su imaginación sin límites. En esta doble propuesta nos unimos a la pandilla en plena aventura "cavernícola", enfrentados a los "temibles" Buch y Jim, en realidad una amenaza ridícula para la "niña más fuerte del mundo". De regreso a casa es tiempo de disfrutar de la temporada navideña, con todas las cosas buenas que ello implica; también Ingrid Vang Nyman representa en viñetas, (que han envejecido con salud a pesar de ser concebidas a mediados de los años 50 del siglo XX), las andanzas de estos peculiares protagonistas (tan populares en España durante la década de los 80 gracias a su adaptación al formato televisivo); con Adolf "El Forzudo", a bordo del barco de papá Efraim o con el cartero. Esta última interacción demuestra el afecto que tiene por Tommy y Annika, a quienes trata de enviar "cosas buenas" durante su convalecencia obligada por sarampión. Gran presencia del amarillo, rojo y azul en la paleta de colores utilizados por la ilustradora para transmitir alegría y gran viveza en la versión en viñetas, la misma intensidad que irradia Calzaslargas en cualquiera de sus versiones.
Con estos dos nuevos capítulos en formato cómic, dirigidos a los primeros lectores, certificamos una vez más que Pippi es sinónimo de libertad. Su particular visión del mundo, aún hoy transgresora y, ante todo, feliz, permite a los niños de cualquier latitud hacer realidad sus sueños de aventura y dejar volar su imaginación sin límites. En esta doble propuesta nos unimos a la pandilla en plena aventura "cavernícola", enfrentados a los "temibles" Buch y Jim, en... Seguir leyendo
Pippi no quiere hacerse mayor / Pippi en el mar
Pippi cavernícola
- ¡Qué cueva tan bonita tenemos!
- Momo, ¿de dónde has sacado todas esas perlas?
- Los niños las sacamos del mar.
- Las perlas auténticas son las mejores para jugar a las canicas... decía siempre mi abuelo.
- Un barco de vapor... Qué raro.