Ante una noche de insufrible calor se acaban los recursos: ventiladores, aire acondicionado... Todo el vecindario utiliza estos métodos para intentar conciliar el sueño, el verano aprieta y resulta dificil renunciar a esos aparatos. Pero si todo el edificio usa la electricidad al mismo tiempo es previsible el resultado: un apagón general que lleva a los protagonistas a la calle. Por fortuna, la portera del edificio, una "abuelita muy trabajadora", ha ideado un sistema tan sabroso como luminescente. Los rigores climáticos también han hecho mella en la luna, cuyos componentes pueden dar lugar a una solución inesperada. Sin embargo, al mismo tiempo, dos particulares selenitas reclaman su espacio, para los que también ofrecerá alternativas nuestra entrañable protagonista. La estructura narrativa, las composiciones fotográficas (una fusión perfecta que ahonda en sus cualidades como artista visual, ya acreditadas en anteriores títulos de los que hemos hablado); y la bella premisa sobre la que compone esta historia, demuestran de nuevo que Heena Baek (Premio Astrid Lindgren Memorial 2020) es una de las autoras más interesantes y originales del panorama internacional. ¡Ay si hubiésemos conocido antes estos remedios!
Ante una noche de insufrible calor se acaban los recursos: ventiladores, aire acondicionado... Todo el vecindario utiliza estos métodos para intentar conciliar el sueño, el verano aprieta y resulta dificil renunciar a esos aparatos. Pero si todo el edificio usa la electricidad al mismo tiempo es previsible el resultado: un apagón general que lleva a los protagonistas a la calle. Por fortuna, la portera del edificio, una "abuelita muy trabajadora", ha ideado un sistema tan sabroso como luminescente. Los rigores climáticos... Seguir leyendo
Helados de luna
Era una noche de mucho, muchísimo calor. Hacía tanto calor que no se podía dormir, ni hacer nada.
Para conseguir dormir, todos tenían las ventanas cerradas, el aire acondicionado encendido y los ventiladores a tope.