Hay un compañero nuevo en clase. Se llama Uhrq Zetzetkilocerine, y su apariencia es tan original como su nombre. Tez verde y fluorescente, ojos grandes y saltones y un puñado de "antenas" sobre su cabeza. Frente a las reticencias y prejuicios del resto de compañeros, Ana siente curiosidad por el recién llegado. Instigada por su abuela sus primeros y casuales encuentros lejos del entorno escolar confirman que esa relación puede ser el comienzo de una bonita y excepcional amistad. En las confesiones del ser llegado de otro planeta descubrimos sus costumbres e inquietudes, reforzando la necesidad de conocer a las personas antes de juzgarlas por su apariencia. Sin adoctrinamientos, con mucho humor y una narrativa tan sencilla como seductora, la autora -que fue finalista del Premio Edebé de Literatura Infantil con este texto en su edición XXIX-; transita por la costa de temas cotidianos y complejos, invitando a desmitificar y a eliminar del diccionario la palabra intolerancia desde la infancia. Las ilustraciones, elaboradas a través de procedimientos digitales, evocan las texturas brumosas de las ceras de colores y poseen un seductor encanto. Están firmadas por Silvia Cabestany que, en 2006, fue seleccionada en la Bologna Children´s Book Fair.
Hay un compañero nuevo en clase. Se llama Uhrq Zetzetkilocerine, y su apariencia es tan original como su nombre. Tez verde y fluorescente, ojos grandes y saltones y un puñado de "antenas" sobre su cabeza. Frente a las reticencias y prejuicios del resto de compañeros, Ana siente curiosidad por el recién llegado. Instigada por su abuela sus primeros y casuales encuentros lejos del entorno escolar confirman que esa relación puede ser el comienzo de una bonita y excepcional amistad. En las confesiones del ser llegado... Seguir leyendo
Uhrq
- Tenemos un compañero nuevo -dijo Carmen, la maestra.
- Eran las nueve de la mañana. Era jueves. Yo no sabía que los compañeros nuevos podían llegar en jueves. Que podían aparecer así, de la nada. Sentados en un pupitre como si hubieran estado siempre ahí.
Supongo que lo pensaba porque hasta entonces yo no tenía mucha experiencia en compañeros nuevos. En realidad, ninguno de nosotros la teníamos.