Tal y como nos cuenta el pequeño lepórido protagonista en primera persona, vive en una pequeña granja junto a su padre y el perro Dantón, rodeados por un bosque denso y oscuro que alberga un sinfín de leyendas. Cansados de no saber que hay de cierto y de superstición en esa descripción y de no saber que hay “más allá”, inician la construcción de una torre que les permita otear el horizonte y desmentir las amenazantes historias que se ciernen sobre la floresta. Para obtener las materias primas necesarias en la obra optan por el trueque con los vecinos de la misma especie: ellos proporcionan el pan, recién salido de su horno, a cambio de piedras que permitan modelar la torre-vigía. Pero un fenómeno meteorológico extremo provoca un grave contratiempo que, sin embargo, será subsanado de forma solidaria. El proceso es, sin duda, agotador, pero tienen claro que “una idea gigantesca exige mucho esfuerzo”. ¿Conseguirán finalmente conocer qué se esconde al otro lado de los grandes árboles? Entrañables imágenes, con sabor a cuento tradicional, del poblado conejo en las que se aplica especial atención a la relación de complicidad que mantienen padre e hijo jalonan un bello relato, trufado de sentimientos positivos y que culmina, como bien reflejan las caras de admiración de los personajes principales en ese punto, con una inesperada sorpresa. ¡Que nunca nos falte la curiosidad!

Tal y como nos cuenta el pequeño lepórido protagonista en primera persona, vive en una pequeña granja junto a su padre y el perro Dantón, rodeados por un bosque denso y oscuro que alberga un sinfín de leyendas. Cansados de no saber que hay de cierto y de superstición en esa descripción y de no saber que hay “más allá”, inician la construcción de una torre que les permita otear el horizonte y desmentir las amenazantes historias que se ciernen sobre la floresta. Para obtener las materias primas necesarias en... Seguir leyendo