A través de la mirada de Salama, una joven siria, conocemos la cruenta realidad de su país durante el desarrollo de la guerra en el presente siglo; pero también como el amor y la esperanza pueden redimir parcialmente las penas y las mayores desgracias. Se trata de, a pesar del horror y la difícil situación que se describe, una novela que reivindica la capacidad de superación que todos tenemos y podemos desarrollar a base de tesón y lucha en las circunstancias más extremas. La protagonista ha perdido todo aquello que amaba e intenta reconstruir su vida ejerciendo de enfermera voluntaria en el hospital. Por sus manos pasan a diario cientos de heridos, consecuencia del conflicto, dramas que aparecen retratados en la novela sin tapujos. Pero en lo más oscuro de la existencia aparece, paradójicamente, el amor. Una relación inesperada que conduce a un conflicto interno del que hacen partícipe al lector: ¿deben dejarse guiar por sus sentimientos más profundos? En la trama se hace referencia en varias ocasiones a diversas películas de Studio Ghibli, pues los protagonistas son grandes admiradores de las obras de esta factoría (la autora, primera de esta nacionalidad que publica para jóvenes en muchos países anglosajones, incluye entre sus dedicatorias a Hayao Miyazaki por la influencia que ejerció en ella durante su infancia y adolescencia) Un relato punzante que reivindica mayor atención y sensibilidad con el dolor que tanta población inocente sufre a lo largo y ancho del planeta como consecuencia de las conflagraciones.
A través de la mirada de Salama, una joven siria, conocemos la cruenta realidad de su país durante el desarrollo de la guerra en el presente siglo; pero también como el amor y la esperanza pueden redimir parcialmente las penas y las mayores desgracias. Se trata de, a pesar del horror y la difícil situación que se describe, una novela que reivindica la capacidad de superación que todos tenemos y podemos desarrollar a base de tesón y lucha en las circunstancias más extremas. La protagonista ha perdido... Seguir leyendo
Mientras crezcan los limoneros
Tres limones arrugados y, al lado, una bolsa de plástico con pan de pita más seco que mohoso.
Es todo lo que ofrece este supermercado.
Me quedo mirando los víveres con ojos cansados antes de cogerlos.