Allá por el siglo XXIII a. C., en el marco de la civilización mesopotámica, que floreció entre los ríos Tigris y Éufrates, vivió Enheduanna ("la que adorna el cielo"). Princesa y sacerdotisa considerada como la primera persona en la historia que firmó una obra literaria. Su figura sirve como fuente de inspiración para tejer la trama de una novela que integra ficción histórica en formato novela, dos planchas en lenguaje de cómic (que sirven como puente entre el relato y el análisis histórico); y un amplio apéndice en el que se analizan las características principales de esta influyente cultura (estructura política y social, aportaciones a los avances en la escritura, literatura, ciencias...; creencias religiosas y vestigios que han llegado hasta nuestros días). El poderoso y temido rey Sargón celebra la coronación como gran sacerdotisa de Ur de su adorada hija Ishtar, una joven formada en materias como la astrología, matemáticas, música, escritura, o geometría por el gran maestro Zamug. Pero una vez terminado el acto de vasallaje se produce un hecho inesperado, el secuestro del citado preceptor a manos de quienes recelan de esa decisión, que provoca la valiente reacción de la protagonista junto a un grupo de veteranos guerreros. Esa aventura permitirá a la joven experimentar nuevos sentimientos y poner en práctica algunas de las enseñanzas aprendidas (desde la interpretación de las luces celestiales hasta la escritura de los versos que constituyen el himno a Inanna, primer texto conocido firmado por una escritora). 

Allá por el siglo XXIII a. C., en el marco de la civilización mesopotámica, que floreció entre los ríos Tigris y Éufrates, vivió Enheduanna ("la que adorna el cielo"). Princesa y sacerdotisa considerada como la primera persona en la historia que firmó una obra literaria. Su figura sirve como fuente de inspiración para tejer la trama de una novela que integra ficción histórica en formato novela, dos planchas en lenguaje de cómic (que sirven como puente entre el... Seguir leyendo