El árbol genealógico que nace de la serie "Amor de familia" sigue extendiendo sus ramas reflexionando ahora sobre el papel determinante que los abuelos tienen en nuestra trayectoria vital. Su valor es tal que incluso tienen un día conmemorativo (el 26 de julio), en el que se reivindica su rol como tutores y pilar fundamental de las familias, de manifiesto en todas las culturas. Al hilo de una carta, sincera y emotiva, la narración describe en rima consonante los sentimientos y recuerdos de la pequeña protagonista. Impresiones trasladables a todas las etnias, porque la conexión con los nietos es inimitable en cualquier lugar del mundo. Esas relaciones, que no precisan ni palabras para transmitir todo el amor, siguen llenando infancias a través de horas de parque, travesuras, aromas que brotan de la cocina, sabores, caricias, cuentos... Incluso cuando ya no están, el recuerdo de aquellas arrugas ("renglones donde han escrito mil historias que quisiera guardar en cajones"); evoca siempre momentos felices e irrepetibles que deberíamos tratar de replicar con las siguientes generaciones. El autor hace suyas algunas frases que, seguro, muchos de los lectores firmarían, "ha sido tanto el amor que me habéis dado que sé que, cuando vaya creciendo, esos recuerdos seguirán a mi lado". Un pasional tributo que alcanza mayor intensidad gracias a las ilustraciones, realizadas mediante técnicas mixtas, de la artista alemana Sonja Wimmer, poseedora de un estilo inconfundible, brumoso y poético, que retrata algunas de esas escenas maravillosas que todos, seguramente, hemos experimentado alguna vez junto a nuestros mayores.
El árbol genealógico que nace de la serie "Amor de familia" sigue extendiendo sus ramas reflexionando ahora sobre el papel determinante que los abuelos tienen en nuestra trayectoria vital. Su valor es tal que incluso tienen un día conmemorativo (el 26 de julio), en el que se reivindica su rol como tutores y pilar fundamental de las familias, de manifiesto en todas las culturas. Al hilo de una carta,... Seguir leyendo
Abuelos
Hoy voy a escribir una carta,
de esas que nacen del corazón.
Una carta que sabe a alegría,
y un poco a canela mezclada con emoción.