Todos los niños y niñas tienen derecho a soñar, a elegir lo que realmente quieren ser de mayores, en libertad y dando rienda suelta a la imaginación desbordante que caracteriza esta etapa crucial. El final del verano es una época propicia para que la pandilla reflexione sobre el futuro. En esa conversación afloran los deseos de cada protagonista. Hay quien desearía convertirse en afamado cocinero, en dentista, incluso en inventor de "congeladores de infancia"... Pero una característica une todos los anhelos: esos oficios cambiarán realmente cuando ellos ejerzan, ofreciendo divertidas y ocurrentes tareas y alternativas para cada caso. El Hematocrítico, sabio conocedor de los lectores infantiles (los recreos y las clases ofrecen una atalaya única para observar y escuchar sus inquietudes y modos de ver la vida); construye un inventario de posibles profesionales, todas ellas desarrolladas por apasionados de aquello que realmente les interesa, que es al mismo tiempo un canto a la amistad y al futuro, ojalá, optimista que espera a las nuevas generaciones. El apartado gráfico corre a cargo de Lucía Barrios, joven artista lucense que ofrece diseños divertidos, de trazo limpio, realizados a través de procedimientos digitales. Para todos aquellos que están dando sus primeros pasos como lectores autónomos.

Todos los niños y niñas tienen derecho a soñar, a elegir lo que realmente quieren ser de mayores, en libertad y dando rienda suelta a la imaginación desbordante que caracteriza esta etapa crucial. El final del verano es una época propicia para que la pandilla reflexione sobre el futuro. En esa conversación afloran los deseos de cada protagonista. Hay quien desearía convertirse en afamado cocinero, en dentista, incluso en inventor de "congeladores de infancia"... Pero una característica une... Seguir leyendo