Concebida en un formato cercano al cómic, con cartuchos narrativos que ejercen como eje vertebrador de la historia -sin bocadillos-; plantea el día a día de Ida desde el ocaso de un, sin duda, inolvidable verano para la pequeña. De camino a la playa, poco motivada por la idea de una jornada junto a su padre y hermano pequeño, encuentra un sombrero entre los matorrales. Aunque en un primer momento muestra temor a ponérselo en la cabeza (¿y si está embrujado?); pronto descubre que en realidad ofrece prestaciones más que interesantes. Gracias a su extraño influjo, alguna de las cosas que piensa pueden convertirse en realidad. Los experimentos primero son a pequeña escala (un maravilloso castillo de arena para admiración de su familia y restos de bañistas); pero cuando llega el momento de regresar al cole, se da cuenta de la verdadera dimensión del hallazgo, aunque su nueva apariencia (no se separa de él); también le provoca algunos traumas y conflictos, generados por intolerantes que no entienden el nuevo look. Ante el cariz que toman los acontecimientos, la maestra requisa la prenda y genera una sensación de inseguridad y tremendo vacío en la pequeña (además de una reunión extraordinaria con los padres). Pero, ¿creéis que Ida se resignará a una vida monótona y libre de ilusión? Primer capítulo de una serie, la primera infantil en la que participa, que ha tenido muy buena acogida en el país de origen Göranson, donde es especialmente conocido como guionista y dibujante de cómics y autor de literatura para adultos.
Concebida en un formato cercano al cómic, con cartuchos narrativos que ejercen como eje vertebrador de la historia -sin bocadillos-; plantea el día a día de Ida desde el ocaso de un, sin duda, inolvidable verano para la pequeña. De camino a la playa, poco motivada por la idea de una jornada junto a su padre y hermano pequeño, encuentra un sombrero entre los matorrales. Aunque en un primer momento muestra temor a ponérselo en la cabeza (¿y si está embrujado?); pronto descubre que en realidad ofrece... Seguir leyendo
ABRACADABRA 1
Era un día cálido de primeros de agosto. Fuera brillaba el sol. Ida, que tenía nueve años, estaba sentada en su cuarto y se aburría. Todos los niños que conocía se encontraban en sus casas de verano o de vacaciones en el extranjero.
Ida había esparcido a su alrededor todos los juguetes y trataba de ingeniar un juego.