Natalufi nació primero, y luego lo hizo Alfonsito. Aunque la convivencia se mantuvo estable dentro de unos cauces (lo normal entre pequeños y mayores dentro de un hogar); y aún disfrutan de muchas aficiones comunes, el juego tiene momentos de tensión sobre todo a raíz de las inconscientes acciones del recién llegado (¡¿a quién se le ocurre morder su libro preferido?!). Pero, ¿podrán más las ganas de pasarlo bien juntos que el orgullo?. Una simpática reflexión sobre la convivencia, la importancia del respeto en el juego compartido y las reticencias que conllevan la llegada de un nuevo hermano al hogar, construido bajo premisas gráficas vitalistas y risueñas, con monstruos humanizados como protagonistas, que ayudan a los más pequeños a dar sus primeros pasos en el lenguaje del cómic mediante una trama sencilla y trufada de buen humor y estructurada en primeros planos. La edición, en rústica, ligera y de fácil manejo, será del agrado de los niños y niñas que comienzan a leer en solitario.
Natalufi nació primero, y luego lo hizo Alfonsito. Aunque la convivencia se mantuvo estable dentro de unos cauces (lo normal entre pequeños y mayores dentro de un hogar); y aún disfrutan de muchas aficiones comunes, el juego tiene momentos de tensión sobre todo a raíz de las inconscientes acciones del recién llegado (¡¿a quién se le ocurre morder su libro preferido?!). Pero, ¿podrán más las ganas de pasarlo bien juntos que el orgullo?. Una simpática reflexión... Seguir leyendo
Alfonsito y Natalufi
ÉRASE una vez... Natalufi
y luego vino Alfonsito.
A Natalufi no le importaba que estuviera Alfonsito
A los dos les gustaba ponerles nombre a las palomas,
- ¡Banana!
- ¡Leopoldo!