En una mañana de aromas suculentos, Amaranta se puso su vestido preferido, vio pasar a Leonardo y se saludaron con grandes sonrisas. Fue entonces cuando comprobó que las sensaciones no estaban equivocadas: su sombra decidió, en pleno mercado, marcharse en dirección opuesta hasta perderse entre la gente. Tras seguir el rastro por los distintos rincones, algunos comunes, otros idílicos, descubrió su estela junto a otra evadida. Un relato de corte romántico, trufado de simbolismos y narrado con sensibilidad y dulzura, para la que Raquel Marín ha empleado una paleta de colores muy reducida que da luz a la breve y elegante crónica de un amor infantil junto al rumor de las olas. Para degustar en pequeños sorbos.
En una mañana de aromas suculentos, Amaranta se puso su vestido preferido, vio pasar a Leonardo y se saludaron con grandes sonrisas. Fue entonces cuando comprobó que las sensaciones no estaban equivocadas: su sombra decidió, en pleno mercado, marcharse en dirección opuesta hasta perderse entre la gente. Tras seguir el rastro por los distintos rincones, algunos comunes, otros idílicos, descubrió su estela junto a otra evadida. Un relato de corte romántico, trufado de simbolismos y narrado con sensibilidad y... Seguir leyendo
Asombrados
La mañana olía de manera distinta,
dulce y fresca; pero también un poco
amarga y picante.
El aire tenía sabor a canela y a cacao,
a naranja y a pimienta.