La trilogía de Karlsson es otra de las grandes aportaciones de Astrid Lindgren a la literatura infantil, una serie en la que es fácil identificar algunos de los principales atributos adscritos a su mágica narrativa, con la irreverencia, la rebeldía y la originalidad por bandera. Puede que el protagonista sea un remedo de todo aquello en lo que no quisieramos, en general, que se convirtieran nuestros hijos, pero la historia de amistad del pequeño Lillebror, el hermano más pequeño de la familia Svantesson, con el "misterioso objeto volador" que sobrevuela los cielos de Estocolmo, destila complicidad y, por momentos, ternura. Aunque parte de un inicio abrupto, como hemos comprobado en anteriores capítulos, la evolución de sus andanzas, alejadas de lo políticamente correcto, fortalece el afecto entre los personajes principales. Tras esa obsesión por burlarse de la gente y comer (entre otras cosas); hay una amplia escala de matices, y estamos seguros de que Karlsson terminará por conquistar el corazón de los lectores, que entonarán aquello de "quiero petardos y mucha diversión con bom bim bam bim bom tralalá"... El cierre de la serie cuenta de nuevo con las ilustraciones, en blanco y negro, que la artista madrileña Ayesha L. Rubio ha creado para la reedición en español de la obra, una oportunidad única para los lectores de las generaciones actuales para redescubrir el mágico legado de la inmortal creadora de Pippi Långstrump, Ronja, Blomquist, Emil...

La trilogía de Karlsson es otra de las grandes aportaciones de Astrid Lindgren a la literatura infantil, una serie en la que es fácil identificar algunos de los principales atributos adscritos a su mágica narrativa, con la irreverencia, la rebeldía y la originalidad por bandera. Puede que el protagonista sea un remedo de todo aquello en lo que no quisieramos, en general, que se convirtieran nuestros hijos, pero la historia de amistad del pequeño Lillebror, el hermano más pequeño de la familia Svantesson,... Seguir leyendo